Mindfulness
para niños
“Cuando enseñamos mindfulness a los niños, los equipamos con herramientas para desarrollar la autoestima, gestionar el estrés y abordar mejor los desafíos de la vida.”
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8 Frases de Mindfulness para Niños
Al igual que con los adultos, con los niños se pueden usar citas para ayudarlos a comprender mejor el poder del mindfulness o la atención
¿Qué es mindfulness para Niños (y para adultos)?
¿Cómo funciona el mindfulness para niños?
¿Por qué enseñar Mindfulness a los niños?
Aumenta su confianza
Aprenden a conocerse mejor y ganan dominio sobre sí mismos.
Desarrolla las llamadas
“funciones ejecutivas”
Planificación, capacidad analítica, resolución de problemas.
Mejora la capacidad de
prestar atención
Lo que es una gran ayuda para la memoria.
Aumenta su eficiencia
multitarea
Tienen la capacidad de enfocarse en varios asuntos sin producir ansiedad.
Aprenden a gestionar
situaciones difíciles
El control emocional hace que se desenvuelvan con más habilidad en condiciones de alta tensión.
Beneficios del Mindfulness para niños según la ciencia
Algunos estudios científicos muestran las siguientes mejoras en los niños que practican mindfulness:
Aumento de la capacidad de concentración
atención, autocontrol, participación en clase y compasión.
Mejora del rendimiento académico
habilidad para resolver conflictos, bienestar general.
7 consejos sobre cómo practicar Mindfulness para niños
Úsalo en situaciones positivas
Practica tú también con él
Crea una rutina diaria
Prepara un entorno agradable
Involucra al niño en el proceso de decisión
Comparte tus experiencias de mindfulness con él
Anímale a que las comparta contigo
4 ejercicios de Mindfulness para niños pequeños
1. Alimentación consciente
Pasos:
- Comienza sosteniendo una naranja y moviéndola en la mano, notando su tacto.
- Acerca la naranja a la nariz y huélela.
- Presta atención a cómo es su aspecto.
- Pela la naranja poniendo atención en cada detalle.
- Prueba la naranja, observando el sabor, la textura, la jugosidad, etc.
2. Respiración consciente
Pasos:
- Siéntate en una posición cómoda y cierra los ojos.
- Respira normalmente y observa cómo te sientes; presta atención al aire entrando y saliendo de los pulmones.
- Observe cómo su respiración mueve el cuerpo; El pecho y el abdomen suben y bajan.
- Haz este ejercicio durante unos minutos. Sin pretender llegar a ninguna parte.
- Cuando la mente se pierda, guíala suavemente hacia la respiración.
3. Caminar consciente
Pasos:
- Levanta un pie y da un paso hacia adelante en cámara lenta. Observa todo lo que hay que hacer para mantenerse equilibrado.
- Da otro paso. Presta atención a cómo se mueven los brazos, piernas y pies.
- Inhala y exhala al ritmo de tus pasos. Mantente relajado pero con la atención enfocada en la respiración y en los pasos, trabajando coordinadamente.
- Si la mente comienza a divagar, tráela suavemente al caminar en cámara lenta.
4. Palabra consciente
Pasos:
- Piensa en una palabra que te parezca tranquila o relajante, como "paz", "amor", "luz del sol" o "calma".
- Repítela en silencio mentalmente. Dila nuevamente mientras respiras, una vez cuando inhalas y una vez cuando exhalas. Mantente enfocado en la palabra.
- Cuando la mente comienza a divagar, tráela suavemente a la palabra.
- Desafíate a hacer esto durante un minuto. Si te parece demasiado fácil, ¡inténtalo cinco minutos!
4 Actividades de Mindfulness
para niños de todas las edades
1. Exploración corporal
Es una meditación clásica de atención plena. Consiste en hacer un escaneo mental del cuerpo y localizar las áreas con tensión en las que se almacena el estrés.
Al final del ejercicio se debe reflexionar sobre la experiencia y sobre lo que se ha aprendido.
2. Unos minutos de respiración consciente
3. Mindfulness para la ira
Muy útil para hacerla con niños que tengan problemas para controlar la ira, ya que les ayuda a expresar esa energía de forma positiva.
4. Autocompasión
Esta práctica guía al niño a identificar partes de su personalidad con las que no se siente bien. Le muestra cómo aceptar las emociones que surgen y a dejarlas ser, sin luchar contra ellas, sin convertirlas en un problema.
Modelar el mindfulness
El mindfulness es focalizar toda nuestra atención en el momento presente, centrándonos en lo que está sucediendo “aquí y ahora”, aceptándolo sin más, sin intentar cambiar, ni juzgar nada. Su significado es la consciencia plena. Concentrarse en lo que sucede en nosotros y en nuestro alrededor y saber renunciar al ruido y a las distracciones.
Los niños están especialmente preparados para beneficiarse de esta práctica. Los hábitos que se forman en los primeros años de vida determinan los comportamientos en la edad adulta, y con el mindfulness tenemos la oportunidad de dar a nuestros hijos el hábito de ser pacíficos, amables y tolerantes.
Cuando enseñamos Mindfulness a los niños, les damos las herramientas que necesitan para generar confianza, lidiar con el estrés y relacionarse con momentos incómodos o desafiantes. Cuanto antes lo hagamos durante su infancia, mayor será la oportunidad de ayudarlos a cultivar la resiliencia y desarrollar y mejorar su práctica de atención plena a medida que crecen y maduran.
Enseñar esta práctica a los niños también les puede ayudar a formar tres habilidades críticas que se desarrollan en la primera infancia: prestar atención y recordar información, cambiar de un lado a otro entre tareas y comportarse adecuadamente con los demás.
Estas habilidades se conocen como funciones ejecutivas y son esenciales para tareas más avanzadas como la planificación, el razonamiento, la resolución de problemas y el tener relaciones sociales positivas
Algunos de los beneficios del mindfulness para los niños pueden incluir:
1. Mayor enfoque, atención, autocontrol, participación en el aula, compasión.
2. Mejora el rendimiento académico, capacidad para resolver conflictos, bienestar general.
3. Disminuye los niveles de estrés, depresión, ansiedad, comportamiento disruptivo.
El mindfulness no es algo que se pueda delegar. Para los padres y cuidadores, la mejor manera de enseñar a un niño a ser consciente es encarnar la práctica uno mismo. Aprender mindfulness no es algo que puedes hacer que otra persona se lo enseñe a tus hijos, tienes que aprenderlo tú mismo.
Durante el primer año de vida, la forma más efectiva de compartir la atención plena con un niño es encarnarlo. Los niños están hambrientos de nuestra atención y afecto, y pueden sentir cuando los padres o cuidadores están distraídos. Así que cuando estés con un bebé, trata de permanecer en el momento presente sin importar lo que esté sucediendo a tu alrededor.